Uno de los primeros ataques que sufrió la SCR ( no solo por los estadistas y capitalistas de siempre sino por esos llamados "compañeros" seres personalistas que se esconden en bibliotecas donde hacen sus curritos y coquetean con el marxismo. Cada tanto desde una esquina oscura asoman sus manitas temblorosas mostrando un librillo único que te iluminara con su mensaje proge-rojo ¡Ni que hablar cuando salen al sol! ah.... allí los veras aplaudiendo a quienes piden por más policía....) fue el relacionado con una supuesta falta de pasado, presente y futuro de la SCR.....No tardamos en demostrar lo contrario. Este es uno de los tantos millones de ejemplos que lo demuestran.
Durante la Revolución Española, se formo el Batallón Ciclista Enrique Malatesta. Su nombre lo dice todo...¡Anarcociclistas desde gomin hasta la boina!. Nuestro Informe y homenaje a estos intrépidos y vanguardistas anarcociclistas consta de dos partes la primera es una nota extraída del Boletín "La Trinchera" del 20/6/1937. La segunda es una nota exclusiva que nuestro compañero Francesco Malatesta realizo a un nieto (también anarcociclista) de un integrate de este Batallón.
A continuación reproducimos la nota del Boletín "La Trinchera".
Notas de unos combatientes del Batallón Ciclista
Pertenecemos al Batallón Ciclista Enrique Malatesta y prestamos los servicios de enlace y otros relacionados con los mismos.
El titulo con el cual encabezamos estas líneas es para poner de manifiesto que la mayoría de los ciclistas pertenecientes a este Batallón éramos combatientes de las trincheras; de las cuales salimos trasladados al mismo, por ser de bastante utilidad nuestros servicios en dicho Batallón.
El grupo con destino en esta Brigada mixta lo componemos doce ciclistas entusiastas de este deporte. Trabajamos incansablemente, ayudados de manera eficacísima por nuestras inseparables compañeras las máquinas. Y digo nuestras porque cada cual ha tenido que aportar la suya para poder prestar este servicio a la causa, que como en todas las guerras modernas, es imprescindible, ya que estos servicios llevan las órdenes de ataques, repliegues, contraseñas, señas de aviación, etc. y realizan toda clase de servicios de enlace.
Este Batallón se formó con el fin de conservar en todo lo posible a los servicios motorizados que son utilísimos para otros más necesarios y que nosotros con nuestra maquina no podemos realizas, como son los relevos de fuerzas, transporte de material, abastecimiento, etc., así como al mismo tiempo economizar el combustible, gastando lo menos posible, con el fin de que no falte para otros servicios más necesarios.
Compañera anarcociclista leyendo el ABC de Madrid. Foto: Archivo SCR. |
Bien es cierto que nuestra máquina consume, por lo menos, nuestra carne y a veces nuestra paciencia. ¡Si vierais que bien se curan los catarros cuando tenemos un parte urgente y el sol pega de plano! ¡La impresión que recibimos cuando estamos acostados muy a gusto, descansando del trabajo diario, y sentimos el timbre de los partes, nos tiramos de la cama medio adormilados, nos sentamos en nuestro ya familiar asiento, el sillín, y nos damos cuenta de que llueve y el piso está encharcado! Entonces nos acordamos de los paraguas, aunque no sea más que para que no se moje la máquina, o nuestro “coco”. En este momento nos acordamos del parte que tiene que llegar a su destino, y nuestras piernas hacen presión sobre las bielas de la máquina, y éstas, en prueba de cariño, aumentan su velocidad, y el parte, claro está, se encuentra en dos minutos en su destino. Entonces emprendemos el regreso, aguantando el calor, la lluvia o el frío.
En nuestro cometido tenemos algunos curiosos. Vemos como en las carreteras y arroyos de las calles juegan, sin dar importancia al peligro los niños pequeños y algunos mayorcitos, sin importarles que expongan su vida. Igualmente algunos perritos, cuando llevamos prisa, se nos cruzan en nuestro camino, y nosotros, con más paciencia que Gutiérrez, apretamos los frenos para no desplancharlos, y, claro está, damos con nuestros huesos en el suelo. Mientras nos levantamos vemos al gracioso perrito cómo corre con el rabo entre las piernas, sin duda para que no le tomemos la matrícula y le hagamos pagar las arrugas de nuestra bicicleta, que se ha quedado del golpe con más arrugas que Lerroux. Nosotros hemos declarado la guerra a los perros porque no saben las leyes de la circulación ni tienen quien se las enseñe. No obstante, seguiremos con nuestro buen humor y satisfechos con nuestro servicio prestado a la causa, a la cual no abandonaremos hasta su fin.
Suena otra vez el timbre. Estamos preparados. Son las consignas. Cada cual con su máquina toma una dirección, sin duda la del triunfo.
¡Salud!
Ciclistas de servicio en la Brigada.
Kommissione sulla memoria storica G. Bartali
Link 2 parte http://refractarix.blogspot.com/2019/04/batallon-ciclista-erico-malatesta-2da.html
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