Hola Soy Hebe de Bonafide “El Hada de las Ruedas” me dicen así porque me encargo del armado de ruedas y su centrado. Actividad que me hace muy feliz y aunque los años pasan aun me sigue excitando como el primer día.
A pedido de muchos compañeras y compañeros les contaré como armar una rueda de bici.
Tomamos la maza e introducimos los rayos de afuera hacia adentro en la pestaña superior, dejando un agujero vacío de por medio.
Pasamos a la llanta. Observamos que en la llanta la mitad de los agujeros apuntan hacia un lateral, la otra mitad hacia el contrario. Introducimos el primer rayo en el primer agujero ubicado a la izquierda de la válvula, que tiene que estar apuntando hacia arriba.
Esto se hace por dos motivos muy importantes:
1 El primero es porque estamos trabajando con una de las pestañas, por lo que deberemos comunicar los ayos que parten de esa pestaña de la maza con los agujeros de la llanta que corresponden a ese mismo costado de la bici. Siempre los rayos que están en la pestaña derecha tienen que comunicarse con los agujeros de la llanta que están orientados hacia la derecha, y viceversa.
2 Además, de esta forma se le da a la rueda el “cruce de válvula” correcto, que permitirá que el agujero de a válvula quede con libre acceso para el inflador.
El rayo siguiente va colocado en la llanta dejando tres agujeros vacíos. Notemos que este cuarto agujero, donde va colocado el rayo, también estará apuntando hacia arriba.
Enroscamos los niples sólo un par de vueltas (para que el rayo simplemente quede sujeto) y repetimos la operación, siempre dejando tres agujeros libres entre rayo y rayo, hasta completar la vuelta. Al llegar nuevamente a la válvula nos va a quedar justo:
Un rayo - tres espacios vacíos - un rayo - tres espacios vacíos - etcétera.
Rotamos la maza hacia la izquierda, como se indica en la foto, y formamos el cruce. De esta forma dejamos libre el agujero de la válvula.
Si en lugar de rotar la maza hacia la izquierda lo hiciéramos hacia la derecha, bloquearíamos el acceso a la válvula.
Ahora introducimos un rayo desde abajo hacia arriba (de manera inversa a la primera tanda) en los agujeros de la maza vacíos.
Este rayo cruzará a tres hacia la izquierda. Al tercer rayo que se cruza se lo pasa por debajo (a los primeros dos por arriba) y se introduce en el agujero que está en el medio de los tres agujeros vacíos que habíamos dejado anteriormente. Este agujero de la llanta es obviamente de los que están orientados hacia arriba. Siempre recordando: “al tercero por debajo y al medio”. Repetimos la operación (en cualquier sentido) hasta colocar todos los rayos de ese lado
¡Joder! ¡Pero qué fácil!
Es importante durante la operación controlar minuciosamente que cada rayo pase al tercer rayo por debajo.
La mitad de la rueda ya esta lista. Sólo queda controlar que la estrella de ocho puntas que se forma en el centro sea perfecta. Si la estrella no es perfecta es que hicimos algo mal. A esta altura tiene quedará un agujero vacío de por medio en los agujeros de la llanta (todos los que corresponden al otro lateral, que seguidamente armaremos.)
Ahora comenzamos a trabajar con el lado opuesto de la rueda. Invertimos la rueda, de modo que la pestaña con los rayos queda hacia abajo, y hacemos lo que yo denomino “calzar los niples”: Apoyamos un lateral de la llanta en la mesa de trabajo y el extremo opuesto en nuestra pierna, y presionamos la maza hacia abajo.
En esta instancia es muy importante tener en cuenta que un mínimo error hará que la rueda quede mal armada. También este punto es el que más variantes tiene.
La operación consiste en trazar una línea recta (ayudándonos con un rayo) desde el centro de la maza hacia el agujero de la válvula. Siempre y cuando los niples estén todos bien calzados, esta recta que parte del agujero de la válvula de la llanta y va hacia el centro de la maza pasará justo entre dos agujeros. (Si, por ejemplo, quisiéramos que la recta pasase por el medio de los agujeros de la izquierda, la recta no pasaría por el centro de la maza, y si por el medio de los de la derecha, tampoco; el centro de la maza es único, y si trazamos bien la recta con el rayo nos va a quedar justo entre medio de esos dos agujeros que buscamos -y no importa si el agujero de la izquierda está un poco más cerca del rayo que el de la derecha; el centro de la maza y los dos agujeros son esos.)
Habiendo identificado esos dos agujeros en la pestaña de la maza, partimos desde el primer agujero a la izquierda de esa línea que trazamos y contamos tres agujeros vacíos hacia la izquierda y en el cuarto orificio introducimos un rayo de arriba hacia abajo. Tendremos que abrir con la mano los rayos del lateral que ya está armado, justo en el cruce opuesto. De esta forma sólo con deslizarlo basta para poder colocarlo.
Este rayo va al primer agujero a la izquierda de la válvula. Para lograr introducirlo tendremos que torcerlo un poco (no lo perjudica en lo mas mínimo.)
Ya queda ahora formado el famoso “cruce de válvula”, con el que queda a la vista el fácil acceso para poder inflar la rueda posteriormente. El rayo siguiente lo colocaremos agujero por medio en la pestaña (hacia la izquierda) y agujero por medio en la llanta. En suma, un agujero libre en la maza y un agujero libre en la llanta, hasta completar la vuelta.
Este sistema de armado se utiliza en todos los cruces, con la única variante de que en el cruce x4, al tirar el centro se cuentan cuatro agujeros vacíos en lugar de tres, y por supuesto hay que cruzar a cuatro rayos -siempre el último por debajo- en lugar de tres (esto vale también para la primera cara que armamos.)
También es fundamental saber que si los rayos internos quedan apuntando hacia lados opuestos, la rueda no sólo queda más rígida sino que también es más fácil de centrar.
Finalmente sólo nos queda llenar los agujeros vacíos, la parte más fácil del armado. Hay que introducir un rayo de abajo hacia arriba, contar los tres rayos a cruzar, pasar por debajo del tercero y dar justo el agujero libre en la llanta. Repetimos esta operación hasta completar la vuelta.
Quedaría controlar que los círculos que forman los cruces sean simétricos, que siempre el cruce sea por debajo, que los rayos internos apunten hacia lados opuestos y que el cruce de la válvula tenga un fácil acceso.
Repitiendo este trabajo varias veces, en muy poco tiempo se memoriza y pasa a ser automático y realmente fácil. Y hacerlo bien nos facilita el trabajo de centrado, un arte que requiere técnica y esa mano que sólo da la experiencia.
¡Pero ya me puse muy cachonda!. Así que aquí les dejo un video sobre el armado y para la próxima: El centrado. Ah y próximamente les pasaré unos librillos muy chulos sobre el tema.