L@s niñ@s de Kronstadt no son prepotentes y no esperan a que les sirvan, pues desconocen la asistencia y la autoridad estatal. Ellos entienden y creen en la solidaridad, en la autonomía y la autogestión. Saben de que para vivir alegres y contentos no se necesita ningún aparato estatal, ni mucho menos la dictadura del proletario. Por eso desde temprana edad l@s más grandes enseñan estos valores fundamentales para la revolución social a l@s más pequeñ@s. El futuro de nuestras ideas está en ell@s. Novici@s mariner@s que no dudarían ni un segundo en auxiliar a aquel al que se le hunda su barquillo en algún canal perdido en el invierno de la ciudad de Kronstadt.
En su día La Sociedad Ciclista Refractaria saluda a todos los niños y niñas
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