Estaba despierta, pero aun mantenía los ojos cerrados. Sabia que si los abría vería a Amaranta, sentada, en el borde de la cama, cantando Es la vida que me alcanza de Celeste Carballo. La escena me ponía nerviosa y un sudor frio me recorrida de punta a punta. Pensar, pensar como salir de tal situación. Decir “Amaranta, me voy a comprar cigarrillos” es un clásico pero ella sabe que no fumo…. ¿que decir?…. ¿como salir de acá? La puedo escuchar afinando su guitarra. Me queda poco tiempo.
M: ¿Amaranta?
M: ¿Amaranta?
A: ¿Si?
M: Me voy a emparchar la rueda de la bici
M: Me voy a emparchar la rueda de la bici
A: Pero…¿ahora?
M: Es que ¡me cierra! ¡me cierra!
A: ¿que te cierra?
M: La bicicleteria
A: ¡Pero volve!
M: Es que ¡me cierra! ¡me cierra!
A: ¿que te cierra?
M: La bicicleteria
A: ¡Pero volve!
Claro que me cierra, lo que me cierra es que siempre una bici te puede sacar de un apriete. No sea zonz@ ande en bici.
Martita Sánchez de Thompson
(Mujer anarco-patricia rioplatense)
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